domingo, 30 de enero de 2011

ESTIGMATIZACIÓN D LOS MENORES

La selección estigmatizante se hace a través de las agencias policiales que operan de esa manera, tampoco por una malignidad, sino porque ¿qué es lo más fácil de hacer, pescar a un estafador internacional o a agarrar a un pibe que va por la calle con uniforme de ladrón o por portación de cara?".

Por Eugenio Zaffaroni


"Lo que llega a los tribunales es preseleccionado por la Policía, nosotros no salimos a la calle a buscar delincuentes. Es la Policía la que nos trae los candidatos condenados en auto oficial", aseguró el magistrado en un reportaje concedido a Télam.
Zaffaroni afirmó que "la selección estigmatizante se hace a través de las agencias policiales que operan de esa manera, tampoco por una malignidad, sino porque ¿qué es lo más fácil de hacer, pescar a un estafador internacional o a agarrar a un pibe que va por la calle con uniforme de ladrón o por portación de cara?".
"Si a eso se le suma una cuestión mediática, cuando la noticia roja salta a la primera plana del diario, cuando a lo largo del día se regodean los servicios de noticias con el homicidio del día y lo repiten 18 veces parece que hubo 18 homicidios y hubo uno", consideró.
El ministro del máximo tribunal dijo que "se muestra la sangre, el cadáver, el hospital, los deudos, el entierro y lo reiteran y lo reiteran, por lo que uno tiene la vivencia de que está viviendo en un mundo donde salen a la calle y lo matan".
"En Argentina, en Uruguay y en Chile tenemos índices de homicidios muy bajos, pero el discurso es el mismo", remarcó.
Para Zaffaroni, "esta fabricación del enemigo a través de la televisión no va contra el delincuente".
"Si en homicidios cometidos por menores tengo que aplicar cinco o diez años de cárcel, no voy a resolver nada, no voy a disminuir el riesgo de que cuando mañana esté abriendo la puerta de su casa lo asalten", señaló.
Según Zaffaroni, "ellos lo saben y a lo que juegan es a otra cosa, es mostrar al pibe que mató a la viejita que salió del banco e inmediatamente después al pibe que está en la esquina tomando cerveza".
"¿Qué quiere decir eso? Este todavía no lo hizo, pero son todos iguales, se fabrica un `ellos enemigo` y ése es el primer paso que después termina en el genocidio", opinó el juez de la Corte.
"Esto lo conocemos desde el Evangelio, tenían a Cristo. Si no hubiésemos tenido semejante chivo expiatorio, los dos ladrones quedaban pero no teníamos la estampita. La creación de enemigos es puramente mediática", agregó.

domingo, 9 de enero de 2011

ILLIA Y LA EDUCACIÓN

Arturo Illia condensa en su pensamiento y acción de gobierno los principios rectores que dieran origen a la Unión Cívica Radical y de los que nunca debiéramos habernos apartado.

Por Pedro Azcoiti

Una de las grandes preocupaciones de Arturo Humberto Illia durante su gobierno fue la educación.

Así fue como durante su gestión la Argentina registró los presupuestos más altos de la historia dedicados a la educación y la cultura: alrededor del 25% anual.

Acorde con la importancia que se le diera a la enseñanza técnica vinculada con los requerimientos de los sectores productivos, ya en mayo de 1964 se habían implementado curso de mecánica agrícola en 17 establecimientos y destacado 20 misiones monotécnicas y de cultura rural en distintas regiones del país.

11La suma invertida en construcciones escolares se multiplicó por nueve. Se impulsó la educación técnica, pudiendo afirmar el presidente en su mensaje inaugural de 1965 que “sus talleres, laboratorios y material escolar recibieron en 1964 inversiones que incrementaron en el 620% las del año anterior, proporción que superará el 1.000% de acuerdo a las previsiones para 1965. Se crearon y organizaron nuevos establecimientos y se aumentó en un 320% respecto de 1963 lo invertido en comedores escolares para estudiantes técnicos del medio rural”. [9]

En lo que hace a la educación primaria se habilitaron nuevos edificios escolares, especialmente en el interior del país. Poniéndose especial énfasis en asegurar la asistencialidad del sistema escolar. Así se instalaron cerca de 1.500 comedores escolares, dotándose además a 500.000 niños con equipos de útiles. Distribuyéndose entre 1965 y el primer semestre de 1966, 973 bibliotecas mínimas.

En 1965 se sancionó la Ley de Educación Cooperativa. El gobierno, fiel a su preocupación por el desarrollo integral de la población, lanzó un plan intensivo de alfabetización que fuera todo un ejemplo por los logros obtenidos.

A partir del 12 de abril de 1965, se puso en marcha el Plan Nacional de Alfabetización, contando el país para julio de ese año con 12.500 centros, con 350.000 alumnos de 16 a 85 años. Para completar la tarea de estos centros, se creó el Centro Nacional de Desarrollo de Comunidades, destinado a atender pequeñas poblaciones y de frontera.

Atento a su tradición radical, el gobierno de Illia mantuvo un celoso respeto por la vigencia de la autonomía universitaria y los postulados de la Reforma de 1918.

Por primera vez en mucho tiempo el presupuesto para educación superaba al de defensa. La libertad de cátedra fue absoluta y ningún docente o alumno se vio molestado por sus ideas.

Nada menos que el Premio Nobel de Química, Dr. Luis Federico Leloir, fue tal vez quien mejor sintetizó la situación de la ciencia y la educación en aquellos años: “La Argentina tuvo una brevísima edad de oro en las artes, la ciencia y la cultura, fue de 1963 a 1966”.

Pero a pesar de esa etapa de bonanza en materia educativa, a pesar del impulso creciente a la investigación científica, del auge que tomara la Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA), a pesar de todo, sectores estudiantiles al amparo de la absoluta libertad que Illia les garantizaba sumaron su prédica a los sectores golpistas, sacaron sus bancos a las calles en demanda de mayor presupuesto y aportaron lo suyo para el derrocamiento del gobierno constitucional.

Lamentablemente cuando vieron los resultados de su accionar ya era tarde.

La entrada militar en la Universidad a partir de la denominada “Noche de los Bastones Largos” significó la pérdida de la autonomía, la reducción de los presupuestos educativos, la represión física, el oscurantismo y persecución ideológica, la declaración de ilegalidad para los organismos estudiantiles, entre otros males.

Doce mil profesores universitarios se alejaron de sus cargos a partir de aquellos días, provocándose un éxodo de cerebros del cual el país no se repondría jamás.

Del Libro "Volver a Illia"


sábado, 8 de enero de 2011

“INDOCUMENTADOS, LA DEUDA SOCIAL”

"...Los indocumentados son invisibles para las estadísticas oficiales, ellos no podrán acceder a una educación plena ya que cursarán la escuela, sin la posibilidad de obtener el certificado final de estudios, por lo cual no podrán acceder al secundario. Tampoco pueden recibir las becas de estudio, etc... "

Autor: Jorge Álvarez

Presidente del Instituto Abierto
para el Desarrollo y Estudio de
Políticas Publicas (IADEPP)


En esta columna, el presidente del Instituto Abierto para el Desarrollo y Estudio de Políticas Públicas (IADEPP) aborda la problemática de los indocumentados en nuestro país.

En nuestro país cerca de medio millón de personas no fueron anotadas al nacer y por ende carecen de una partida de nacimiento y un DNI. Son indocumentados.

La posesión de un DNI que certifica la identidad de una persona es un derecho, al que se accede luego de un trámite en las oficinas del Registro Nacional de Personas existentes en cada localidad del País.

Esta certificación de identidad ha de permitirle a cada individuo ser reconocido por el Estado y adquirir una identidad que lo ha de acompañar a lo largo de su vida.

Los indocumentados son invisibles para las estadísticas oficiales, ellos no podrán acceder a una educación plena ya que cursarán la escuela, sin la posibilidad de obtener el certificado final de estudios, por lo cual no podrán acceder al secundario. Tampoco pueden recibir las becas de estudio, etc.

Para los indocumentados entrados en la juventud, el acceso al empleo solo puede darse en trabajos mal remunerados sin cobertura social de ningún tipo, nunca podrían hacerlo en blanco.

Tampoco podrán votar ni ser votados o acceder al crédito, no solo bancario, sino el de las casas de electrodomésticos u otro tipo de comercios. Su vida esta condenada a la informalidad y la precariedad.

Cuando una persona nace sus padres tienen hasta 40 días para anotarlo, pasado ese tiempo la inscripción está fuera del plazo legal y allí comienza el peregrinar de los indocumentados.

Ahora bien ¿porque existen los indocumentados? Se trata de un problema estructural que no tiene una sola explicación, pero si el denominador común de la pobreza y la marginalidad. Los indocumentados son los hijos de la expulsión del mercado laboral de millones de argentinos en los últimos treinta años.

Ante esta situación el Estado ha brindado diversos incentivos para alentar la inscripción de los niños indocumentados, incluso se promulgo el decreto 90/09, que elevo a los 12 años la edad para la inscripción fuera de termino en el Registro Civil con la presencia de dos testigos que acrediten la identidad del menor, este Decreto tiene plazo de dos años corridos. Aún así, las cifras de indocumentados no disminuyen.

¿El motivo? Faltan políticas públicas que tomen la iniciativa de inscribir a los niños indocumentados, en particular en los Municipios, que aprovechen la legislación Nacional al respecto y puedan garantizarle a los niños indocumentados acceder a su identidad. No es tan complejo realizarlo, bastaría con realizar primero un relevamiento en las escuelas para luego organizar junto a sus Padres los requisitos para presentarlos en los Registros Civiles correspondientes. Similares acciones pueden llevarse a cabo con las Madres que buscan inscribir a sus hijos en el acceso al Ingreso Universal.

Las organizaciones sociales pueden contribuir y mucho, capacitando a sus miembros sobre como actuar en estos casos, en particular con los niños mayores de 12 años que aún deben iniciar un juicio de inscripción en la justicia. Pero ese es otro cantar.

Por lo pronto debemos hacernos cargo que los indocumentados son la gran deuda social que corroe el piso mínimo de dignidad que una sociedad puede tolerar. Podemos hacer mucho.